Colón
no sabía a donde llegó. No podía. Sus conocimientos no eran suficientes ni
mucho menos exactos dentro del campo de acción que tenía. Cuando arribó a
Guanahaní (San Salvador), su lógica respondía a las ideas que le habían
llegado: pensó que arribaba a islas asiáticas cercanas a Cipango (Japón). Dice Edmundo
O´Gorman en “La invención de América”
(2006) que “descubrir” no es lo mismo
que “inventar” o “concebir”; es decir, América no es un
objeto “descubierto” o que se “deja” descubrir por intervención de la
Providencia o de la Historia, con la actuación de personas, a manera de
agentes, a quienes simplemente les “toca”
el papel de descubridores al margen de que sepan lo que hacían. América -dice
don Edmundo- es una invención del pensamiento occidental, que ingresa en éste
como realidad histórica desde el momento que la errada idea colombina de haber
descubierto las indias orientales de Asia se torna, más adelante y por la labor
de otras personas, en el reconocimiento de que se está ante un nuevo e impensado
continente.
Para
llegar a esta afirmación, nuestro autor revisa el nacimiento de la hipótesis que
atribuye el descubrimiento de América a Colón, a través de las versiones de los
historiadores más cercanos a la fecha del 12 de octubre de 1492: Gonzalo Fernández
de Oviedo y Valdés (Sumario de la natural
historia de las Indias, 1526), Bartolomé de Las Casas (Historia de las Indias, 1527-1560), Francisco López de Gómara (Historia General de las Indias,
1552-1553), Antonio de Herrera y Tordesillas (Historia General de los hechos castellanos en las islas y Tierra Firme
del Mar Océano, 1601); también toma perspectiva con la lectura de William
Robertson (The History of America,
1777), Martín Fernández de Navarrete (Colección
de los viajes descubrimientos que
hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV, con varios documentos
inéditos concernientes a la historia de la marina castellana de los
establecimientos españoles en Indias, 1825-1837), Washington Irving (Life and Voyages of Columbus, 1828), Alexander
Von Humboldt (Cosmos: essai d´une description
physique du monde, 1866-1867).
Colón
llegó a las islas del continente americano, pero no las concibe como un nuevo
continente o como una parte de él; sin embargo, la gesta colombina no disminuye
ni desmerece un ápice por ello, dado que se encadena con los sucesos
subsiguientes por los que fue cobrando realidad histórica el pensamiento o
concepción de “América” como un “nuevo mundo”. Colón no sabe que llegó a
América; no obstante, es cierto que, a partir de sus viajes, en adelante, se
construye la idea de “América”, la
cual se desarrolla y completa por la acción exploratoria y el pensamiento lógico
de los hombres que le siguen. Para explicarnos, O’Gorman recurre a una anécdota
que le sucedió al concluir una conferencia donde expuso sus ideas, cuando un
asistente le cuestionó que, entonces, “no
es posible que un hombre descubra por accidente un pedazo de oro”. Don
Edmundo contestó: “La respuesta se la
dejo a usted mismo; pero antes reflexione un poco y advertirá que si este
hombre no tiene una idea previa de ese metal que llamamos oro para poder, así,
concederle al trozo de materia que encuentra accidentalmente el sentido que
tiene esa idea, es absolutamente imposible que haga el descubrimiento que usted
le atribuye. Y ése, añadí, es precisamente el caso de Colón”... Seguiremos.