jueves, 25 de abril de 2019

Veracruz: 500 años (XIII. El contexto expedicionario)

Para cuando la Rica Villa de la Veracruz o de la Verdadera Cruz se funda, que trajo consigo la constitución legal, conforme a las leyes hispánicas de entonces, del primer municipio continental (ayuntamiento de Tierra Firme), con conocimiento y causa de estar ante tierras nuevas, inexploradas, de unas “Indias Orientales” totalmente distintas de cualquier idea preformada sobre la India asiática, y que no se trata de una mera pléyade de cayos, islotes o islas. Las exploraciones diversas habían ido confirmando esta realidad continental que daba lugar, además, a la búsqueda del “Estrecho” para llegar al “Mar del Sur” y alcanzar China e India. Antes de Cortés, Alonso de Ojeda y Juan de la Cosa, en 1499, habían arribado al Golfo de Maracaibo y nombrado Venezuela (pequeña Venecia) a la tierra y agua de los indígenas que vivían ahí en palafitos; en 1500, Vicente Yáñez Pinzón descubría el “mar dulce” (el Amazonas); en 1502, en su cuarto viaje, Colón recorría las costas centroamericanas de Costa Rica, Nicaragua y Honduras; Vasco Núñez de Balboa, en 1513, se adentraba en las aguas del Mar del Sur, derrumbando las iniciales teorías asiáticas del propio Colón. En el litoral mexicano, antes, durante y después de la expedición de Cortés, también sucedieron exploraciones de rescate, conquista y poblamiento: el propio Cortés estuvo en la ocupación de la Isla Fernandina (Cuba) por Diego Velázquez; y Hernández de Córdoba en 1517 y Juan de Grijalba en 1518 recorrieron las costas de Yucatán. Así que, entre 1517 y 1524, como lo documenta Solange Alberro, coautor de “El Veracruz de Hernán Cortés” (2015), se habían ensayado rutas marítimas parecidas, desde Cozumel y Yucatán y a lo largo de las costas del Golfo de México, con diversos puntos de exploración o avance, fundación de poblaciones y enfrentamientos con los indígenas mesoamericanos.
También en la introducción que Roberto Ferrando hace a los “Naufragios” de Alvar Núñez Cabeza de Vaca (escritos entre 1537 y 1540), apunta la búsqueda del “Estrecho” por Gordillo, en 1521, en las costas de la actual Carolina del Sur, y Vázquez de Ayllón obtiene autorización real en 1526 para su búsqueda a lo largo de 800 leguas más al norte de donde llegó Gordillo. Esteban Gómez, en 1526, recorre las costas desde Labrador hasta el Cabo Cod y explora las bocanas de los ríos Connecticut, Hudson y Delaware; en tanto que Pánfilo de Narváez es autorizado para conquistar y colonizar un amplio territorio desde Pánuco hasta la Florida, expedición en la que participa Cabeza de Vaca, con funestos resultados para los exploradores hispanos, vivamente narrados en su escrito. Así que la frontera de la Nueva España había quedado determinada en su límite norte por el pueblo de Pánuco. Corresponde, por ello, a Cortés, el calificativo de conquistador de Mesoamérica. Dice Rodrigo Martínez Baracs, en la primera obra citada: “El 21 de abril, Jueves Santo de la Cena, poco después de mediodía, la armada de Cortés llegó al islote de la bahía de San Juan de Ulúa…Al día siguiente, Viernes Santo de la Cruz, desembarcaron en los arenales de Chalchiuhcuecan…bajaron los caballos y la artillería, establecieron su real, guarnición militar, pusieron un altar en el que se dijo misaAl día siguiente, 23 de abril, Sábado Santo, Víspera de Pascua, llegó un emisario de Moteuczoma [grafía de la época] con una amplia compañía, regalos y comida”… Seguiremos.

jueves, 18 de abril de 2019

Veracruz: 500 años (XII. La Rica Villa de la Veracruz)


Hernán Cortés desembarcó en las costas del actual Estado de Veracruz, un viernes santo del año 1519, hace 500 años, y dejó memoria de ello en cinco “Cartas de Relación de la Conquista de México” dirigidas al emperador de España, fechadas entre el 10 de julio de 1519 (escrita en la “Rica Villa de la Veracruz”, hoy Municipio de Veracruz) y el 3 de septiembre de 1526 (escrita en “Tenuxtitán”, hoy Estado de la Ciudad de México). Así lo narran tanto Cortés en sus “Cartas” como Bernal Díaz del Castillo en su “Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España” (1632). La fundación de Veracruz nace al calor de la disputa expedicionaria entre Diego Velázquez, Gobernador de la isla Fernandina (Cuba), y el capitán Hernán Cortés. Los expedicionarios españoles que tornaríanse -sin aún saberlo- en futuros conquistadores, acuerdan, al poco de su desembarco, ir más allá de las acciones de exploración y rescate. Quintana Roldán (“Derecho Municipal”, 2000) revisa los relatos de López de Gómara, Antonio de Solís y de Bernal Díaz del Castillo, otorga mayor veracidad a éste y dice que: “lo cierto es que con la creación de aquél municipio, bajo las reglas del Fuero de Castilla, legitimó Cortés el mando de la expedición dadas las deficiencias de su mandato de Cuba. Por otra parte, la pretensión de Cortés fue transformar su, hasta entonces, furtiva encomienda, por la investidura legal que le otorgaba el cabildo a nombre del Soberano.
Cortés hizo lo que la astucia y la ambición indicaban: “nos parecía que no convenía al servicio de vuestras majestades, y que en tal tierra se hiciese lo que Diego Velázquez había mandado hacer al dicho capitán Fernando Cortés, que era rescatar todo el oro que pudiese, y rescatado, volverse con todo ello a la isla Fernandina, para gozar solamente dello el dicho Diego Velázquez y el dicho capitán, y que lo mejor que a todos nos parecía era que en nombre de vuestras reales altezas se poblase y fundase allí un pueblo en que hubiese justicia... y hicimos un requerimiento al dicho capitán... y que ansí mismo le pedimos y requerimos que luego nombrase para aquella villa que se había por nosotros de hacer y fundar alcaldes y regidores... y luego comenzó con gran diligencia a poblar y a fundar una villa, a la cual puso por nombre la rica villa de la Veracruz” (primera “Carta”). Por su parte, Bernal anota: “fundada la villa, hicimos alcaldes y regidores, y fueron los primeros alcaldes Alonso Hernández Puertocarrero, Francisco de Montejo, y a este Montejo, porque no estaba muy bien con Cortés, por meterle en los primeros y principal, le mandó nombrar por alcalde; y los regidores dejarlos he de escribir, porque no hace al caso que nombre algunos, y diré como se puso una picota en la plaza, y fuera de la villa una horca, y señalamos por capitán para las entradas a Pedro de Alvarado, y maestre de campo a Cristóbal de Olí, alguacil mayor a Juan de Escalante, y tesorero Gonzalo Mejía, y contador a Alonso de Avila, y alférez a fulano Corral: porque el Villaroel, que había sido alférez, no sé que enojo había hecho a Cortés sobre una india de Cuba, y se le quitó el cargo; y alguacil del real a Ochoa, vizcaíno, y a un Alonso Romero”. Así es como en un contexto de intereses materiales y económicos, se crea el primer municipio continental y se nombran sus autoridades, siguiendo la concepción que privaba en España. ¿Qué encontró Cortés? ¿Qué pasó después? ...Seguiremos.

jueves, 11 de abril de 2019

Veracruz: 500 años (XI. Choque y despoblamiento)

Diversos estudios señalan una fuerte crisis demográfica en Mesoamérica a partir de la conquista y las acciones de “rescate” (de oro) de los conquistadores. Nicolás Sánchez Albornoz, en “La población de América Latina. Desde los tiempos precolombinos hasta el año 2000” (1973), resume así el cálculo inicial de la población mesoamericana en torno a 1500: “las estimaciones varían entre 8.5 millones para Knocher, primero 11 y luego 25.2 de Cook y Borah, 13 para Rosenblat, 40 y 50 de Rivet y Sapper y 90 a 112 millones de habitantes según Dobyns”. Por ejemplo, Cook y Borah, en “Ensayos sobre historia de la población: México y el caribe” (1977), calculan que de 1518 a 1568 la población del México central pasó de 25.2 millones a 2.6 millones de habitantes: La tesis homicídica atribuye a las espadas españolas la muerte masiva de indígenas; la tesis epidémica ve las causas en enfermedades no conocidas en América que trajeron los europeos (viruela, sarampión, gripe). La tercera posibilidad conjunta las dos: enorme mortalidad por combinación de homicidios, epidemias y hambrunas.
La mortandad por epidemias o hambrunas está bien sustentada en testimonios, crónicas y pictografías de entonces; la tesis homicídica también, a manera de “leyenda negra”, y su polémica radica en su mayor o menor mortalidad estadística, ante la indefensión tecnológica de los indígenas que los dejó expuestos a la ambición y a la superior capacidad guerrera hispana. Esta última hipótesis encuentra su mejor apoyo en el padre Bartolomé de Las Casas, que hace una escalofriante narración de los contactos iniciales entre españoles e indígenas, sojuzgados mediante prácticas de esclavización y abusos en su integridad física, cultural y emocional. En la “Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias” (1552), De Las Casas describe masacres: “…en tanto grado que habiendo en la Isla Española sobre tres cuentos [millones] de ánimas que vimos, no hay hoy de los naturales della docientas [sic] personas. La isla de Cuba es cuasi tan luenga [larga] como desde Valladolid a Roma: está hoy cuasi despoblada. La isla de San Juan y la de Jamaica, …ambas están asoladas…Daremos por cuenta muy cierta y verdadera que son muertas en los dichos cuarenta años … más de doce cuentos de ánimas, hombres y mujeres y niños…La causa ha sido por tener por su fin último el oro y henchirse de riquezas en muy breves días…porque han muerto y destrudido tantas y tales y tan infinito número de ánimas”. Las Casas es categórico: “Los cristianos, con sus caballos y espadas y lanzas comienzan a hacer matanzas…Entraban en los pueblos ni dejaban niños, ni viejos ni mujeres preñadas ni paridas que no desbarrigaban y hacían pedazos…Hacían apuestas sobre quién de una cuchillada abría el hombre por medio o le cortaba la cabeza de un piquete o le descubría las entrañas. Tomaban las criaturas de las tetas de las madres por las piernas y daban de cabeza con ellas en las peñas…”. Brutal testimonio ¿polémico? No es asunto de estadísticas, sino de lesa humanidad. Cook y Borah apuntan que la población de 3 o 4 millones de La Española “se extinguió en unas cuantas décadas”. Un conocido historiador contemporáneo, Ernst H. Gombrich (“Breve historia del mundo”, 1999), para referir a estos hechos y otros inmediatos de esa época, escribió: “Este capítulo de la historia de la humanidad es tan terrible y vergonzoso para nosotros, los europeos, que prefiero no hablar de él” …Seguiremos.

jueves, 4 de abril de 2019

Veracruz: 500 años (X. Primeros descalabros)


Oviedo es uno de los historiadores más cercanos a la fecha de la llegada de Colón a América. En la introducción a una de sus obras, Sumario de la Natural Historia de las Indias (1996), escribe José Miranda que aquél vivió el cenit de la “nueva unidad política ibérica, el Estado español”. La biografía de Oviedo está llena de avatares, tanto en Europa como en la América que le toca vivir, dese el tiempo cuando Núñez de Balboa lograba el primer establecimiento continental y descubría “la mar del Sur” (el Océano Pacífico), a la que le seguiría luego la conquista y la colonización de las islas y del continente, a la vez de numerosas acciones de rapiña: a partir del segundo viaje de Colón se reporta a la Corona la existencia de “ricos veneros de oro en Santo Domingo” y otros lugares. El propio Oviedo sufre las penurias de la famosa expedición de Pedrarias Dávila al Nuevo Mundo. Informa que estuvo integrada por 2 000 hombres y 22 navíos, y dio inició el 11 de abril de 1514. Desde su llegada, Dávila relega a Núñez de Balboa. Pero mejor dejemos que don José Miranda, prologuista de la obra de Oviedo, sumando -a la suya- la prosa de más historiadores, nos exprese los hechos:
Pedrarias -dice Altoaguirre- hizo su entrada en Santa María de la Antigua llevando de la mano a su mujer doña Isabel de Bobadilla, rodeados ambos del obispo Juan de Quevedo…Algunas semanas después, todo era desolación y miseria en Santa María de la Antigua. Los bastimentos, llegados en malas condiciones, se agotaron pronto, y el hambre y las enfermedades hicieron estragos en la nueva ‘hornada’ de colonos. ‘En un mes murieron 700 hombres de hambre de enfermedad de modorra’, refiere Andagoya; el padre Las Casas pinta este espantoso cuadro de la situación: ‘Creció esta calamidad del hambre tanto, que morían dando quejidos [de] dadme pan muchos caballeros que dejaban en Castilla empeñados sus mayorazgos y otros que daban un sayón de seda carmesí y otros vestidos ricos porque les diesen una libra de pan de maíz o bizcocho de Castilla o cazabe. Nunca parece que se vio cosa igual, que personas tan vestidas de ropas ricas de seda y aun parte de brocado que valían muchos dineros, se cayesen a cada paso muertas de pura hambre. Otros se salían del campo y pacían y comían las hierbas y raíces que más tiernas hallaban…Morían cada día tantos que en un hoyo que se hacía muchos juntos enterraban…; muchos se quedaban sin sepultura un día o dos por no tener fuerzas para los enterrar los que eran sanos y tenían que comer algo’. A las hambres y enfermedades se unió pronto el desgobierno. Éste se manifestó principalmente en el maltratamiento de los indios, que volvió enemigos a muchos caciques…los indios se habían levantado y acogido a las montañas…los más volvieron a España, difundiendo lóbregas noticias sobre la región sobre la situación de la colonia”. En su pasado reciente, Oviedo y Las Casas habían tenido algún enfrentamiento. Dato por demás interesante, porque a Las Casas le correspondería historiar también sobre las condiciones de la América de la conquista y volverse un enemigo jurado de estas guerras de dominación y tragedia americana, como él las consideró al narrar los hechos que testificó. Su testimonio es famoso y polémico: ¿Exageró o proporcionó bien las consecuencias mortales del choque entre la civilización europea y las culturas indígenas? ...Seguiremos.

Benito Juárez, vida, obra y legado

      El 21 de marzo se conmemora el natalicio de Benito Juárez, cuyo papel en la formación y consolidación del Estado mexicano es innegable...